Bajo la Luz de la Luna Plateada: Un Día para Celebrar la Vida
“...y que la luna plateada brille su luz para ti,
y ruego a Dios porque pases un
cumpleaños feliz.”
Con esta emotiva estrofa, concluye la tradicional canción de cumpleaños en Venezuela. Un canto que, aunque para algunos puede ser largo y para los más jóvenes quizás tedioso, encierra en sus versos los deseos más profundos y sinceros que se pueden ofrecer a alguien en el día más importante del año: su cumpleaños. Esta melodía se convierte en un símbolo de celebración y unión, reflejando la calidez y la autenticidad de los buenos deseos compartidos en esta ocasión especial.
Ayer fue mi
cumpleaños, una fecha que siempre ha tenido un significado especial para mí, no solo porque marca la alegría de añadir un año más a mi vida, sino porque
también coincide con el aniversario del nacimiento de mi primogénito: Alejandro.
Cada vez que celebro mi cumpleaños, celebro también la dicha de ser madre, la
bendición de ver crecer a mi hijo y la maravilla de la vida que se renueva
continuamente a través de él. Esta coincidencia en nuestras fechas de
nacimiento convierte cada 24 de junio en una jornada de profunda gratitud, un
día para reflexionar sobre los bienes recibidos y para agradecer por la
oportunidad de compartir mi vida con seres tan queridos.
Un
cumpleaños es mucho más que un número en el calendario. Es una oportunidad para
detenerse y reflexionar sobre el camino recorrido, para valorar las
experiencias vividas y apreciar los logros alcanzados. Es un momento para
celebrar la vida misma, con todas sus alegrías, desafíos y aprendizajes. En
medio de la rutina diaria, el cumpleaños nos ofrece una pausa para mirar hacia
atrás con gratitud y hacia adelante con esperanza. Nos permite reconectar con
aquellos que nos importan, reafirmar nuestros lazos de amor y amistad, y
recordar con gratitud los años vividos.
Es una invitación a valorar las lecciones aprendidas y atesorar los momentos compartidos, mientras miramos hacia el futuro con optimismo, llenos de esperanza por un año nuevo cargado de posibilidades y aventuras por vivir. Cada cumpleaños nos brinda una nueva página en blanco, un lienzo donde podemos dibujar nuestras metas y sueños, seguir adelante con renovada esperanza y determinación, y celebrar la vida con gratitud y entusiasmo.
Este año, a
pesar de la distancia que me separa físicamente de mi familia y de mis amigos
más cercanos, mi cumpleaños estuvo lleno de cariño y buenos deseos. Las
videollamadas, los mensajes de texto, las felicitaciones en las redes sociales
y hasta los pensamientos de aquellos que no pudieron comunicarse directamente,
todos contribuyeron a hacer de mi día una celebración verdaderamente especial.
Cada saludo, cada mensaje y cada gesto de afecto, a pesar de ser virtuales,
resonaron con una calidez y una cercanía que trascendieron las fronteras
físicas.
La
tecnología ha jugado un papel crucial en mantenernos conectados, borrando las
distancias que antes nos separaban. En tiempos pasados, la lejanía podía
significar la imposibilidad de compartir momentos importantes con nuestros
seres queridos, pero hoy, gracias a las videollamadas y las redes sociales,
podemos estar presentes en la vida de los demás, sin importar cuán lejos
estemos físicamente. Este año, en particular, he sentido profundamente el valor
de estas conexiones, y he apreciado cada mensaje, cada llamada y cada
pensamiento que me ha sido enviado. Estos gestos, aunque simples, han llenado
mi día de una alegría que va más allá de las palabras.
En este día tan especial, quiero expresar mi más profundo agradecimiento a todos los que, de una forma u otra, estuvieron presentes para celebrar conmigo. Su amor, su apoyo y sus buenos deseos han hecho de mi cumpleaños una verdadera celebración de la vida misma. Cada uno de ustedes ha contribuido a iluminar mi día con su luz, reflejando la misma luna plateada que la canción de cumpleaños evoca en sus versos. Su presencia, ya sea física o virtual, ha transformado este día en una ocasión para recordar, agradecer y mirar hacia el futuro con esperanza y alegría.
Que esa luna continúe brillando para todos nosotros, iluminando
nuestro camino con bendiciones, salud y prosperidad. Gracias desde el fondo de
mi corazón a todos los que hicieron que este día fuera tan especial.
Con cariño,
Emily.



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